Editorial

Ignacio Burgos Pérez

Ex-presidente de SEMG

En 1988, un grupo de médicos jóvenes, pero con más de diez años de experiencia, con vocación, ilusión y, por qué no decirlo, coraje, que coincidieron en la Organización Médica Colegial, quisieron cambiar el contenido y las condiciones del ejercicio de la Medicina General en España. Aglutinados por el siempre recordado Jerónimo Aizpiri y por Juan José Rodríguez Sendín, creamos la SEMG.

Con consultas masificadas, con una carga burocrática asfixiante, el médico general solo contaba con su bagaje de conocimientos y su maletín, pero con su interés, inteligencia y experiencia, para curar y aliviar. Fueron tiempos en que, por la masificación, era más fácil que los pacientes viesen al médico que este los viese a ellos.

La reforma de la atención primaria, iniciada en 1984 con el Real Decreto 137, llegaba a pocos lugares: integraciones en centros de salud, escasas y precarias; el resto, interinidades y condiciones laborales y profesionales leoninas.

Con frecuencia, las reformas generan situaciones desiguales y, en este caso, los problemas laborales causaron una ruptura y dividieron a los profesionales de este colectivo, que solo pretendían ejercer su profesión con dignidad. Las condiciones de medios y tiempo de atención eran usualmente malas. Entendimos que solo con nuestra presencia en todos los estamentos de representación (médica, profesional, sindical y científica) podíamos conseguir el objetivo de reconocimiento profesional y laboral.

Así, administraciones, instituciones, industria farmacéutica, medios de comunicación, si querían interlocutores de la atención primaria se encontraban con miembros de la SEMG posicionados en organizaciones profesionales, sindicales y científicas.

Entre todos los interlocutores que tuvimos, es justo reconocer la sensibilidad, receptividad, amabilidad y buen hacer con nuestro colectivo del ministro García Vargas.

No solamente influimos en el ámbito español, sino también en el europeo, tras la entrada de España en la Unión Europea y la participación de los médicos de la SEMG en la UEMO (Unión Europea de Médicos Generales –“Omnipractitioners”-), una organización no gubernamental de las más independientes que representan la medicina general en Europa. En ella compartimos experiencias y formas de ejercer nuestra profesión.

Poco a poco nos fuimos ganando la confianza de los distintos estamentos de poder de la Sanidad. Pero porque nuestro colectivo era capaz de generarlo por su compromiso, vocación y capacidad de servir y mejorar para dar respuesta a las necesidades de las administraciones y pacientes.

La mejora de la competencia profesional ha sido el objetivo fundamental de nuestra sociedad científica. Se pusieron en marcha los congresos; los cursos de “Habilidades en…” con un enfoque fundamentalmente clínico; uno de los primeros programas informáticos en consulta de toda Europa, con el Hipócrates/HipoSEMG; la ecografía…

La maravillosa batalla de la ecografía. Si ganarnos el reconocimiento profesional fue arduo, el hacernos sitio en ella fue una tarea titánica, que, gracias al coraje, también titánico, de Juan José Rodríguez Sendín y José Manuel Solla Camino, salió adelante. La SEMG introdujo en España la ecografía de mama y la músculo-esquelética. Pero el mayor logro es que la ecografía es una herramienta cada vez más usual en la consulta de la atención primaria como ayuda inestimable al diagnóstico.

La iniciativa, la originalidad y la calidad han sido características de los programas de nuestra sociedad. A lo largo de estos años nuevas iniciativas se han ido desarrollando, pero eso será tema de otros artículos.

Hoy la atención primaria sigue teniendo retos muy importantes. Si el ejercicio profesional en ella ha cambiado, ha sido gracias a muchos médicos y colectivos, pero sin duda a la SEMG, que supo poner en el centro de las reformas al médico y sus circunstancias.

Son treinta años de historia compartida con compañeros de toda España, Europa e Hispanoamérica, llenos de ilusión, vocación, valor y buena praxis para hacer de la atención primaria un lugar donde servir con mejor calidad, capacidad de resolución y agilidad a nuestros pacientes.

Quiero mostrar mi agradecimiento a todos los médicos generales y de familia que, desde hace treinta años, convencidos de su vocación y capacidad, participaron en nuestra sociedad y generaron lo que hoy es la atención primaria. Con la fragmentación de la medicina, solo unas pocas especialidades y nosotros podemos decir que somos lo que somos: médicos.