Clínica cotidiana

Información del artículo


Historia del artículo:
Recibido el 11 de marzo de 2024
Aceptado el 28 de febrero de 2025
On-line el 7 de abril de 2025


Palabras clave:
Tungiasis
Ectoparasitosis
Tropical
Pobreza
Salud pública


*Autor para correspondencia
Correo electrónico:
carmelopri@gmail.com
(C. Prieto Zancudo).
http://dx.doi.org/10.24038/mgyf.2025.011


Keywords:
Tungiasis
Ectoparasitosis
Tropical
Poverty
Public health

Carmelo Prieto Zancudo*, Andrea Lorda Valle, Ayoub Ida Hassan, Elena Velasco Prats

aCentro de Salud de Galapagar (Madrid).


Resumen

La tungiasis es una ectoparasitosis que se produce por la penetración en la piel de la pulga de arena (Tunga penetrans). Es endémica de regiones tropicales de Sudamérica, Caribe, África Subsahariana y algunos países bañados por el Océano Indico. Afecta principalmente a poblaciones marginadas y con pocos recursos socio-económicos, pero también puede presentarse como una enfermedad importada.

Es una patología de fácil diagnóstico y tratamiento, por lo que habitualmente presenta un curso leve. Cuando la transmisión ocurre en lugares donde los pacientes no tienen acceso a la atención sanitaria, son ellos mismos los que realizan la autoextracción del parásito sin medidas de higiene y asepsia; a esta situación suelen añadirse comorbilidades y un estado vacunal incompleto, factores que pueden provocar complicaciones muy graves de la enfermedad como amputaciones digitales y tétanos.

© 2025 Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Published by  Ergon Creación, S.A.


Tungiasis: More than just an imported disease

Abstract


Tungiasis is an ectoparasitosis that occurs due to the penetration of the sand flea (Tunga penetrans) into the skin. It is endemic to tropical regions of South America, the Caribbean, Sub-Saharan Africa and some countries bordering the Indian Ocean. It mainly affects marginalized populations with few socio-economic resources, but it can also present as an imported disease.

It is a pathology that is easy to diagnose and treat. When transmission occurs in places where patients do not have access to health care, they themselves carry out the self-extraction of the parasite without hygiene and asepsis measures; comorbidities and an incomplete vaccination status are usually added to this situation; factors that can cause very serious complications of the disease such as digital amputations and tetanus.

© 2025 Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Published by  Ergon Creación, S.A.

Mujer de mediana edad, que acude a consulta para cura de úlcera en la cara plantar del primer dedo del pie derecho.

Refiere haber venido recientemente de Kenia. Es cooperante no sanitaria y está durante periodos de varios meses trabajando en una zona rural de playa (Lamu). Comenta que en esa zona se desplaza en muchas ocasiones caminando descalza por la playa, ya que las viviendas del pueblo (chozas de adobe y caña) están a lo largo de la misma.

Una semana antes de volver a España, notó en la zona plantar del primer dedo del pie una molestia que se acompañaba de picor. Después del rascado se notó una zona abultada a modo de pápula, del tamaño de una lenteja. Dos días después comenta con sus compañeros de trabajo locales lo que tiene y le dicen que se trata de una picadura por pulga de arena y que el tratamiento es la extracción de la misma con una aguja. La paciente decide realizarse una autoextracción del parásito con una aguja y posterior cura con antisépticos locales.

Al llegar a España acude a consulta médica por dolor en el dedo, impotencia funcional para la deambulación y por la presencia de una ulcera epidérmica muy eritematosa en la zona de la extracción.

La paciente es seguida en consulta de enfermería del centro de salud con curas locales durante 2 semanas hasta que la úlcera cicatriza y se la da de alta (figuras 1 y 2).

Figura 1

Figura 1

Figura 2

Figura 2

Comentario

La tungiasis es una enfermedad parasitaria causada por la picadura y posterior penetración en la piel de la pulga “chigoe” o Tunga penetrans. Se la conoce también como “jigger”, “nigua”, “chica”, “pico”, “pique” o “suthi”, dependiendo de la zona geográfica1.

Afecta mayoritariamente a las extremidades inferiores, el 95 % de los casos a los pies. La enfermedad está presente en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, especialmente en Sudamérica, Caribe, África Subsahariana y países bañados por el Océano Índico (costa occidental de la India, Islas Sheychelles, Madagascar, …).

Esta zoonosis puede afectar al ser humano, animales domésticos y peridomésticos (perros, gatos, cerdos y ratas). La pulga puede sobrevivir en la superficie de la piel de estos huéspedes al ser hematófaga, pero también en detritus esparcidos por el suelo de terrenos con poca higiene en forma de huevos y larvas. En zonas arenosas próximas a poblados y en lugares secos y umbríos, especialmente en el interior de los dormitorios de casas con suelos de tierra sin sellar, es donde se produce la mayoría de las transmisiones, sobre todo por caminar descalzo. El contacto estrecho de los humanos con la forma adulta de la pulga hembra grávida provoca la aparición de la enfermedad.

La Tunga penetrans es un insecto hematófago, de color marrón rojizo, que mide 1 mm de longitud (la hembra grávida puede llegar a 1 cm). Después de la cópula, el macho muere y la hembra inicia un ritual de saltos hasta que muere o consigue penetrar en la piel humana o de un animal. Entonces succiona la sangre del huésped y madura hasta la puesta de huevos (entre 150 y 200). A los 7-10 días, la hembra muere y expulsa los huevos maduros, que caen al suelo; las larvas emergen al cabo de 3-4 días y forman el capullo a las 2 semanas. Al cabo de una semana, la crisálida (pupa) se transforma en adulto.

El diagnóstico de la enfermedad se basa en la presencia de lesiones típicas en un paciente procedente de una zona endémica.

Las zonas afectadas con mayor frecuencia son los pies (dedos, plantas, pliegues interdigitales y región subungueal), aunque puede presentarse en otras localizaciones.

Clínicamente se aprecian una o varias pápulas eritematosas o marrones, de 2-3 mm, con un punto negro central. Estas lesiones pueden ocasionar prurito o dolor al roce o con la presión. El proceso completo, desde la infestación hasta la curación, tarda unas 4-6 semanas, y se divide en cinco estadios según la Clasificación de Fortaleza (tabla 1).

La dermatoscopia es útil para confirmar el diagnóstico2.

Como enfermedad tropical importada, se considera una patología leve de fácil tratamiento y sin repercusiones clínicas importantes3; sin embargo, en las áreas pobres y con escasos recursos sanitarios de las zonas endémicas constituye un problema muy importante de salud pública porque puede producir secuelas graves que van desde la amputación de dedos de los pies a sobreinfecciones bacterianas graves. Estas son las complicaciones más frecuentes4: linfangitis, tétanos, celulitis, osteomielitis, gangrena y amputación espontánea de dedos en pacientes con un estado vacunal deficiente y presencia de morbilidades añadidas, como la diabetes mellitus5; No obstante, lo más frecuente es que evolucione favorablemente sin demasiada trascendencia clínica.

El tratamiento de elección consiste en la extirpación quirúrgica del insecto mediante cirugía o curetaje de las lesiones con anestesia local. Habitualmente es suficiente la utilización de un antibiótico tópico, aunque si las lesiones son múltiples se recomienda la vía sistémica. La ivermectina oral (200 µg/kg, con una segunda dosis al cabo de 10 días) es efectiva en casos de múltiples lesiones. Así mismo se recomienda la vacunación antitetánica.

En las áreas endémicas y pobres la población local muchas veces realiza la extracción del parásito de forma autónoma, sin supervisión sanitaria, sin asepsia y con objetos como palos, horquillas para el pelo, espinas, imperdibles, agujas de coser o tijeras. Se trata de un método doloroso y traumático para los niños. La extracción de las pulgas puede causar inflamación local si el parásito se rompe; además, en la herida pueden penetrar bacterias patógenas y causar una sobreinfección. A menudo se emplea el mismo objeto para extraer el parásito a varias personas, con el consiguiente riesgo de transmisión de otros patógenos, como los virus de la hepatitis B y C o el VIH.

La profilaxis primaria para viajeros a zonas endémicas consiste en evitar caminar descalzos y en la utilización de insecticidas o repelentes de insectos.

El tratamiento tópico con una fórmula de dos aceites de dimeticona con baja viscosidad (NYDA)® es altamente eficaz y seguro.

Más de 1.000 millones de personas viven en zonas tropicales y subtropicales propicias para la transmisión de la tungiasis, a pesar de lo cual ningún país lleva a cabo una vigilancia sistemática de la enfermedad, por lo que se desconoce la carga real que supone. Encuestas realizadas en comunidades donde la enfermedad es endémica, han registrado una prevalencia que va del 7-63 %, lo que significa que la distribución es heterogénea.

Las personas mayores y los menores de entre 5 y 14 años, sobre todo los varones, son los que corren mayor riesgo6. Las personas con discapacidad también son muy vulnerables a la infección.

La tungiasis prospera en lugares donde las condiciones de vida son precarias (pueblos situados en playas remotas, comunidades del interior rural y barrios marginales de las grandes ciudades). En estos entornos, los más pobres entre los pobres soportan la mayor carga de la enfermedad.

El principal factor de riesgo de la tungiasis es la pobreza extrema, que induce comportamientos que exponen a las personas al riesgo de infección. Esto incluye andar descalzo, vivir en una casa con suelo de tierra sin sellar, no lavarse los pies con regularidad y no utilizar jabón al lavarse. En algunas comunidades, la infección también está relacionada con la tenencia de perros o cerdos.

Solamente podrá lograrse una reducción duradera de la incidencia de la tungiasis y de la morbilidad asociada mediante un enfoque global y preventivo en las zonas endémicas, que integre cambios de comportamiento para fomentar el uso del jabón en el lavado diario de los pies, sellar o rociar los suelos con insecticida, tratar los reservorios animales en caso de que estén infectados y tratar los casos humanos7.

La aplicación regular de un repelente a base de aceite de coco evita eficazmente que las pulgas penetren en la piel. Cuando el repelente se aplica dos veces al día en los pies, la morbilidad asociada a la tungiasis disminuye con rapidez y prácticamente desaparece en un periodo de 8 a 10 semanas. Incluso si la aplicación es intermitente, la reducción de la morbilidad es significativa.

El principal desafío es la falta de financiación y dedicación a la enfermedad por parte de los gobiernos y los organismos de financiación. En mayo de 2013, la 66a Asamblea Mundial de la Salud decidió intensificar e integrar las medidas de lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas, como la tungiasis, y planificar inversiones para mejorar la salud y el bienestar social de las poblaciones afectadas. En 2022, la OMS publicó el marco de las enfermedades tropicales desatendidas relacionadas con la piel con el fin de promover la integración de las distintas enfermedades de la piel8. La tungiasis está contemplada tanto en este documento como en la hoja de ruta sobre enfermedades tropicales desatendidas, que persigue aumentar la vigilancia y la visibilidad de la enfermedad9.

Tabla 1 – Clasificación de Fortaleza de la progresión de la tungiasis.

Tabla 1 – Clasificación de Fortaleza de la progresión de la tungiasis.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía


  1. White GB. Jigger fleas. In: Manson-Bahr PE, ed. Manson’s tropical diseases. London: Baillière Tindall; 2002. p. 1533-4.
  2. https://www.reserchgate.net/publication/280600975/Dermatoscopia/Tunga/penetrans
  3. Sanusi ID, Brown EB, Shepard TG, Granton WD. Tungiasis: report of one case and review of the 14 reported cases in the United States. J Am Acad Dermatol. 1989; 20(5 Pt 2): 941-4.
  4. Feldmeier H, Heukelbach J, Eisele M, Sousa AQ, Barbosa LM, Carvalho, CB, et al. Bacterial superinfection in human tungiasis. Trop Med Int Health. 2002; 7(7): 559-64.
  5. Carretero Anibarro E, Pañacoa Masa A. La tungiasis empeora el pronóstico del pie diabético. Med Fam. 2021; 48(3): e20-2.
  6. Eisele M, Heukelbach J, van Marck E, Mehlhorn H, Meckes O, Franck S, et al. Investigations on the biology, epidemiology, pathology and control of Tunga penetrans in Brazil: I. Natural history of tungiasis in man. Parasitol Res. 2003; 90(2): 87-99.
  7. Family Health Program. UBASF Aída Santos e Silva. Relatório de territorialização. Fortaleza: Minicipal Health Council of Fortaleza; 1999.
  8. Organización Mundial de la Salud. Poner fin a la desatención para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible: una hoja de ruta para las enfermedades tropicales desatendidas 2021-2030: panorama general. OMS; 2020. Disponible en: https://iris.who.int/handle/10665/332421
  9. Organización Mundial de la Salud. Tungiasis. 2023. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tungiasis