Clínica cotidiana

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Historia del artículo:
Recibido el 30 de septiembre de 2024
Aceptado 30 de junio de 2025
On-line el 30 de octubre de 2025


Palabras clave:
Eritema multiforme
Eritema multiforme minor
Toxicodermia
Lesiones en diana


*Autor para correspondencia
Correo electrónico:
carolina.coloma1@gmail.com
(C. Coloma Seguí).
http://dx.doi.org/10.24038/mgyf.2025.041


Keywords:
Erythema multiforme
Erythema multiforme minor
Toxicoderma
Target lesions

Carolina Coloma Seguí*, María Carmen Aldudo Avilés, Alberto Curiel Blanco

Centro de Salud Alameda de Osuna. Madrid.


Resumen

Presentamos el caso de un varón de 77 años de edad, con diagnóstico de pielonefritis aguda. Tras 48 horas de toma de antibiótico, presenta lesiones en diana en ambas manos.

El eritema multiforme es una dermatosis con varias expresiones fenotípicas (forma minor y major) de diferente gravedad. Es importante tener en cuenta las diferentes formas de presentación, sus amplias causas, las diferentes opciones terapéuticas y el diagnóstico diferencial para un abordaje clínico adecuado.

© 2025 Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Published by  Ergon Creación, S.A.


Erythema multiforme: the importance of correct diagnosis and treatment

Abstract


We present the cause of 77 years old man with acute pyelonephritis. After 48 hours of first dose of antibiotic, had target lesions on both hands.

Erythema multiforme is a dermatosis with several phenotypic expressions (minor and major form) with different severity. It is important to consider the different forms of presentation, their broad causes and the different therapeutic options and differential diagnosis for appropriate clinical approach.

© 2025 Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
Published by  Ergon Creación, S.A.

Varón de 77 años de edad, sin alergias medicamentosas conocidas y con antecedentes personales de enfermedad de Alzheimer, hiperplasia benigna de próstata, trombosis venosa profunda y dislipemia. Está en tratamiento con atorvastatina (40 mg), memantina (10 mg), rivastigmina (4,6 mg) y ácido acetilsalicílico.

Acude por presentar fiebre de 39 ºC, acompañada de escalofríos y hematuria, de 48 horas de evolución. No presenta náuseas ni vómitos. No presenta clínica respiratoria.

Se le realiza analítica sanguínea completa, en la que se encuentra leucocitosis (14.000/mm3) y neutrofilia (9.000/mm3); proteína C reactiva 152 mg/L; sedimento de orina con hematuria y leucocituria; en el urocultivo se obtiene un resultado positivo de Enterobacter cloacae.

Se inicia tratamiento ambulatorio con ceftidoren (200 mg, 1 comprimido cada 12 horas durante 14 días).

Acude dos días después por presentar lesiones levemente dolorosas localizadas en el dorso de las manos y en la cara palmar derecha. No hay lesiones orales, conjuntivales o genitales. No hay sintomatología infecto-contagiosa desde hace 3 semanas. No antecedentes personales de infecciones por virus herpes simple.

Durante la exploración física encontramos presión arterial de 135/75, frecuencia cardiaca de 80 latidos por minuto, saturación de oxígeno 98 % y temperatura de 36 ºC. Mucosa conjuntival y oral sin signos patológicos; dorso de ambas manos y palma derecha con pápulas y placas eritemato-edematosas, circulares, con tamaños comprendidos entre los 5 × 5 mm y los 10 × 10 mm, con morfología dianiforme típica y color dusky central; signo de Nilkosky (–) y Asboe-Hansen (–).

A la vista de estas lesiones, se establece el diagnóstico de eritema multiforme minor y se plantea, entre las diferentes posibilidades de diagnóstico diferencial, la presencia de una posible toxicodermia, síndrome Stevens-Johnson, penfigoide ampolloso, reacción polimorfa lumínica, síndrome de Sweet, síndrome de Rowell, vasculitis y pénfigo paraneoplásico.

Se inicia tratamiento con propionato de clobetasol (1 aplicación cada 12 horas durante 14 días) y se pauta revisión para 20 días después. En ese momento se aprecia remisión completa de las lesiones.

Comentarios

El eritema multiforme (EM) es una afección aguda, inmunomediada, caracterizada por la aparición de lesiones distintivas en forma de diana en la piel. Cuando las lesiones van acompañadas de erosiones o ampollas que afectan la mucosa oral genital u ocular, se habla de eritema multiforme major, que puede tener síntomas sistémicos asociados (fiebre y artralgias). Si solo se presentan lesiones cutáneas, se habla de eritema multiforme minor.

Se han implicado diversos factores en la patogenia del EM1. El trastorno suele ser inducido por una infección: el virus del herpes simple es el desencadenante más frecuente2,3. Un pequeño porcentaje puede ser causado por fármacos, más habitualmente los antibióticos.

Su curso clínico suele ser autolimitado y se resuelve en cuestión de unas dos semanas sin secuelas significativas4. Sin embargo, en una minoría de los casos la enfermedad recurre con frecuencia a lo largo de los años.

El tratamiento de elección en las formas cutáneas son los corticoides tópicos de potencia media durante 7-14 días, y antihistamínicos orales si existe prurito. En el caso de la forma major el tratamiento es con prednisona (40-60 mg diarios durante 4 a 6 semanas en pauta descendente); si la afectación oral es incapacitante, se pautan corticoides sistémicos y enjuagues con anestésicos tópicos.

La finalidad del uso de glucocorticoides sistémicos es disminuir la gravedad de los síntomas y acortar la evolución de la enfermedad. Esto es controvertido, ya que algunos estudios han demostrado la cronicidad y reagudización del cuadro tras su uso5.

Hay que tener en cuenta la posibilidad de recurrencia del cuadro: el tratamiento en estos casos es la eliminación del factor desencadenante. Sin embargo, esto no es posible en ciertos pacientes, dado que muchos casos son idiopáticos o bien inducidos por la reactivación de la infección latente por el virus del herpes simple. Cuando esto sucede o hay recurrencias de causa no identificada, son eficaces los tratamientos antirretrovirales orales en posología diaria como aciclovir (400 mg dos veces al día), sin superioridad sobre otros antirretrovirales6,7.

No obstante, los datos actuales no son suficientes para respaldar recomendaciones definitivas sobre la duración del tratamiento en pacientes que responden bien a la terapia antiviral continua. Por lo general, el tratamiento se prolongará durante uno o dos meses. En los casos graves, los pacientes con formas recurrentes, que no mejoran con la terapia antiviral continua, pueden ser tratados con un fármaco inmunomodulador, generalmente micofenolato de mofetilo, dapsona o azatioprina8,9.

Hay que recordar que el EM está causado por agentes infecciosos en un 90 % de los casos; menos del 10 % está causado por antibióticos9,10.

En el caso que presentamos, el inicio del tratamiento con cefalosporina 24 horas antes de la aparición de las lesiones puede hacer pensar en una toxicodermia. La latencia inferior a 7-21 días hace imposible que el eritema minor sea causado por un fármaco, lo que orienta a una etiología infecciosa. Si no se tienen en cuenta las características de esta entidad, la inercia clínica puede llevar a pautar otro antibiótico innecesario y aumentar con ello el riesgo de resistencias microbianas en la comunidad.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía


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